domingo, 19 de julio de 2009

Cuéntame tu vida

Se acuesta. Piensa y repiensa en las caras posibles que la acompañarán y arma su sueño ideal. Anoche tuvo una pesadilla y no quiere repetirla: no soñará de nuevo con la oficina; ni con el tipo que le grita mientras le apunta con un revolver en la cabeza. No la van a secuestrar esta vez, ni va a huir por los aires, ni caerá por las escaleras de la casa de la abuela.

Quiere que pase como esa noche de verano, en el hotel cerca de la playa cuando soñó que iba a tomar el té con Hugh Grant. Era hermoso, pero la recibía sentado detrás de un escritorio; y había más gente, que hablaba de andá a saber qué cosa. Qué aburrido había resultado el tipo. Mejor me voy, pensó y terminó con el pelo mojado sentada en algo que parecía el vestuario de un club. Se ponía las zapatillas agarraba su bolso para irse y desde una de las duchas salía envuelto en una toalla Gonzalo Heredia, la agarraba de un brazo y le decía No podemos terminar así, tenemos que hablar. Y ella se hacía la ofendida y él la tironeaba en ese ambiente húmedo y vaporoso. Le gustaba el tironeo.

Quiere que pase como cuando Sawyer de Lost era su vecino de la otra cuadra, y ella se escapaba en las madrugadas de su casa y amanecía en su cama con el pelo revuelto y la piel suave de tanta feromona liberada. Libertad a las feromonas.

Todo eso quiere esta noche.

Se tapa, apaga la luz y los ojos bien abiertos miran al techo en la oscuridad del cuarto.

Pablo abre la puerta del ascensor y le cede el paso. Marca el piso 11 varias veces, estirando el brazo. Ella se mira en el espejo, hace que se acomoda el pelo aunque no es necesario. Pablo observa y lleva su mano al teclado del ascensor, lo frena entre dos pisos. Ella gira. Él se le acerca hasta que las narices se tocan. Hay olor a chicle de sandía.

-¿Hasta cuándo vamos a seguir así?-dice él.

Ella detiene la escena como en una mancha congelada. Su amigote de la facu. El medio nabo la tenía arrinconada. Pendejo de mierda ¿quién sos? "Así"; ¿qué es "así"? Un largo período de histeriqueo, se responde, pone play lo agarra de la cara y le come la boca casi literalmente. Pablo la toma por los muslos desnudos. Muslos desnudos. Ella se da cuenta que está con una camiseta medio rota y en bombacha.

Esta vez no baila en un casamiento en pijama, ni va al laburo desnuda.

La cara y la voz de Pablo son tan nítidas que hasta tiene miedo.

Abre los ojos, se levanta va hacia la cocina y toma agua de la botella. Está mareada. vuelve a su cama; se levanta y prende un cigarrillo y la computadora. Recuerda que el último mail que envió decía "¿Nos juntamos el sábado?" y lo había mandado a todo el grupo de la facultad. En el correo aparecen dos mensajes nuevos. Matías le dice que se acuerde del almuerzo de mañana con sus viejos y que la ama.El otro es de Pablo. No puedo ir, será la próxima. que la pasen lindo. besos.

No me olvidé. Llevo postre de vainillas y también te amo. Enviar.

Qué lástima que no podés venir. Nos vemos el lunes. Besos. Enviar.

Siente un breve alivio; pero enseguida la invaden unas ganas terribles de llorar. Se tira en la cama, hunde la cabeza el la almohada y quiere pensar que no sabe qué soñar.


2 comentarios:

dijo...

Analía, este lo leíste ya en clase???
No me acuerdo...Y el del chat por qué no lo subiste?

Beso, tu nueva fan!

Anónimo dijo...

Que bueno estaría manejar los sueños, soñar lo que uno quiere.
A mi me encanta Hugh Grant, es un señorito inglés y me hace reir. Aunque ahora me gusta más Jude Law, pero no soy homosexual.
Me gustaría soñar que soy Alfie, pero sólo una noche.
También me gustaría ser la Talita de Cortázar, e intentar soñar los sueños del que duerme al lado mio. Un abrazo

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